Si has experimentado dolor en el costado, presión arterial alta, sangre en la orina y otros síntomas, un especialista podría sospechar del cáncer de riñón. Una enfermedad que se desarrolla cuando las células de los riñones cambian y crecen sin control. Si bien los tumores no siempre son malignos, es normal que el oncólogo prescriba una biopsia o imágenes radiológicas para descartar cualquier posibilidad de cáncer considerando tu sintomatología.
Mantén la calma ante este procedimiento. Recuerda que el objetivo principal es identificar la causa de tu malestar. La detección temprana de cualquier condición aumenta las posibilidades de un tratamiento exitoso. Igualmente, de tratarse de un cáncer de riñón, existen diversas opciones de tratamiento y tu equipo médico estará a tu lado para apoyarte en la superación de esta enfermedad.
Desde la clínica Astorga queremos ayudarte a aprender más sobre el cáncer de riñón, preparando esta guía de detección temprana, diagnóstico, tratamientos y más. Conoce esta patología y realiza todos tus consultas con nuestros especialistas en cáncer de alta complejidad.
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¿Qué es el cáncer de riñón?
Hablamos de un tipo de cáncer que se origina en los riñones. Comienza cuando las células renales sanas cambian y crecen sin control. Dichas mutaciones forman tumores que pueden invadir y destruir el tejido renal sano.
Con el tiempo, y si la enfermedad no es tratada, el tumor puede desprenderse del riñón y propagarse a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo o el sistema linfático. Sin embargo, el seguimiento médico de un especialista trabajará en evitar que esto suceda.
Los pacientes con esta enfermedad suelen tener entre 65 y 74 años. Siendo más probable en hombres y menos común en los niños. En Colombia del 2020 se registraron cerca de 2.500 casos nuevos, de acuerdo con el Observatorio Global de Cáncer (Globocan).
En cuanto a sus causas, aún se desconocen las exactas, pero existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollarla, como: la edad, el tabaquismo, la obesidad, la presión arterial alta, la enfermedad renal crónica, antecedentes familiares, ciertas afecciones genéticas y la exposición a ciertas sustancias químicas.
Detección temprana del cáncer de riñón: ¿es posible?
Si bien muchos casos de cáncer de riñón se diagnostican en sus etapas iniciales, cuando el tumor está confinado al riñón y es más sencillo de tratar, otros se descubren en fases más avanzadas. El American Cáncer Society especifica varias razones por las que la detección temprana puede ser un desafío:
Crecimiento silencioso: en algunos casos, los tumores renales pueden alcanzar un tamaño considerable sin generar dolor o síntomas notables, lo que dificulta que se diagnostique en etapa inicial.
Ubicación profunda: los riñones se ubican en la parte posterior del abdomen, lo que los hace inaccesibles para la palpación o el examen físico, complicando la detección de tumores pequeños.
Falta de pruebas de detección: a diferencia de otros cánceres, no se recomiendan generalmente pruebas de detección para el cáncer de riñón, ya que no se ha comprobado que estas pruebas disminuyan efectivamente la tasa de mortalidad asociada con esta enfermedad.
Sin embargo, existen grupos de riesgo de desarrollar cáncer de riñón que pueden beneficiarse de un seguimiento y pruebas más frecuentes:
Personas con antecedentes familiares de cáncer de riñón.
Personas con ciertos síndromes genéticos.
Pacientes con exposición a ciertas sustancias químicas o toxinas.
¿Cómo el oncólogo diagnostica cáncer de riñón?
Para hacer un diagnóstico de cáncer de riñón, el oncólogo evaluará la presencia de síntomas que podrían no manifestarse inicialmente. Los más comunes incluyen:
Sangre en la orina
Dolor en la parte baja de la espalda que no se debe a lesiones
Una masa en la zona lumbar
Fatiga
Pérdida de peso inexplicada
Fiebre persistente
Si estos síntomas están presentes, el médico realizará un examen físico y hará preguntas sobre la historia clínica del paciente.
Si tu oncólogo sospecha de cáncer de riñón, procederá a realizarte varias pruebas diagnósticas.
Un análisis de orina puede detectar sangre o células cancerosas.
Los análisis de sangre ayudan a evaluar la función renal y un recuento sanguíneo completo puede revelar anemia, común en pacientes con cáncer de riñón.
También se pueden realizar radiografías de tórax para ver si el cáncer se ha extendido a los pulmones.
Para obtener imágenes más detalladas, se utilizan tomografías computarizadas y resonancias magnéticas.
La ecografía puede determinar si una masa renal es sólida, indicativo de cáncer.
También puede guiar la realización de biopsias para obtener muestras de tejido. Aunque la biopsia es decisiva para confirmar la presencia de cáncer, en algunos casos, las imágenes radiológicas son suficientes para el diagnóstico.
¿Cuántos tipos de cáncer de riñón hay?
El tipo más prevalente de cáncer de riñón es el carcinoma de células renales (RCC), representando alrededor del 90% de los diagnósticos. A diferencia de otros tipos de cáncer, generalmente se presenta en un solo riñón, aunque en casos poco comunes puede afectar ambos. El RCC se subdivide en varios subtipos, cada uno con sus propias características y tratamientos.
Otros tipos menos comunes de cáncer de riñón incluyen:
Cáncer de células transicionales: se origina en las células que recubren el interior de la pelvis renal, la parte del riñón que almacena la orina antes de enviarla a la vejiga.
Sarcoma de riñón: Este tipo de cáncer se desarrolla en los tejidos blandos del riñón, como los vasos sanguíneos o el tejido conectivo.
Tumores de Wilms: También conocido como nefroblastoma, este tipo de cáncer afecta principalmente a los niños y sigue siendo relativamente raro, con menos de 500 casos nuevos en los Estados Unidos cada año.
¿Cómo se determina el grado del cáncer de riñón?
La biopsia de su riñón ayudará a clasificar las células cancerosas. Esta clasificación es crucial para que los médicos puedan estimar la velocidad de crecimiento y propagación del cáncer. Para ello, se analiza qué tan parecidas son las células cancerosas a las células normales del riñón.
Los cánceres de riñón reciben un grado del 1 al 4, siendo el grado 1 el que presenta células más similares a las normales y el grado 4 el que presenta células con mayor anormalidad. Esta última categoría suele indicar un crecimiento más rápido del cáncer.
Un mayor grado no siempre significa un peor pronóstico. Es solo uno de los factores que se consideran para determinar el tratamiento. Nuestros oncólogos tendrán la experiencia y el conocimiento para interpretar el grado de su cáncer y discutir las opciones de tratamiento para ti.
¿Cómo saber la gravedad de tu caso?
Una forma de clasificar la gravedad del cáncer de riñón es mediante el sistema de etapas que van del 1 al 4. Estas etapas describen la extensión y el avance del cáncer, es decir, qué tan grande es el tumor, en qué parte del riñón se encuentra y si se ha propagado a otras áreas del cuerpo. La etapa 1 es la más temprana y la etapa 4 la más avanzada. Conocer la etapa ayuda a tu oncólogo a determinar el mejor tratamiento para ti.
Etapa 1: El tumor es pequeño y está confinado al riñón.
Etapa 2: El tumor ha crecido hacia las estructuras cercanas al riñón.
Etapa 3: El cáncer se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos o ha crecido hacia la vena renal principal (la vena grande que transporta sangre desde el riñón).
Etapa 4: El cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo, como los pulmones, el hígado, los huesos o el cerebro.
¿Qué significa la etapa para mi tratamiento?
La etapa del cáncer es uno de los factores más importantes que tu médico considerará al determinar el tratamiento más adecuado para ti. Si tu cáncer está en etapa temprana tendrás más opciones de tratamiento y un mejor pronóstico, si te encuentras en las etapas avanzadas el oncólogo evaluará tu situación y determinará el tratamiento más efectivo para prolongar tu vida y minimizar los síntomas adversos. El objetivo siempre será mejorar tu calidad de vida y en lo posible erradicar el cáncer por completo.
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Tratamientos disponibles para tí
Cirugía
La cirugía es un tratamiento común para el cáncer de riñón. Se utiliza para extirpar el tumor y parte del tejido sano que lo rodea. Hay diferentes tipos de cirugía que se pueden usar, tu médico hablará contigo sobre cuál es la mejor para ti.
Una vez que el cirujano oncólogo extirpe todo el cáncer visible, es posible que sugiera aplicar tratamientos complementarios para destruir las células cancerosas que queden, algunas opciones son la quimioterapia o la radioterapia.
Quimioterapia
Es un tratamiento que utiliza medicamentos diseñados para atacar y matar las células cancerosas. Puede administrarse de dos maneras: mediante inyecciones directamente en una vena (intravenosa) o en forma de pastillas que se toman por vía oral. Una vez que los medicamentos están en tu torrente sanguíneo, se dispersan por todo el cuerpo, alcanzando y destruyendo células malignas que pueden estar presentes en diversas áreas.
Sin embargo, la American Cáncer Society señala que la quimioterapia no es particularmente eficaz para tratar el cáncer de riñón en comparación con otros tipos de cáncer. Aunque puede considerarse como una opción si otros tratamientos no han sido efectivos.
Radioterapia
Trata el cáncer con rayos X de alta energía u otras formas de radiación para eliminar o detener el crecimiento de células cancerosas. Entre todas las formas que se puede administrar la radioterapia externa es la más común en el cáncer de riñón. Se trata de un procedimiento dirige con precisión la radiación hacia la zona afectada por el tumor, minimizando el impacto en los tejidos sanos circundantes.
No solo se aplica para intentar curar o controlar la enfermedad, sino también como terapia paliativa, cuya intención es aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente, especialmente en etapas avanzadas.
Inmunoterapia
Trabaja con el sistema inmunitario del cuerpo, ya sea estimulándolo para que luche más eficazmente contra el cáncer o utilizando componentes artificiales que imitan o potencian la acción del sistema inmunitario. Lo que busca es ayudar al sistema inmunitario a reconocer y destruir las células cancerosas.
El tratamiento es especialmente útil en varios tipos de cáncer, incluido el de riñón, y comúnmente se administra a través de una inyección intravenosa.
Terapia dirigida
Se trata de un tratamiento que utiliza medicamentos diseñados para atacar características específicas de las células cancerosas. La ventaja de la terapia dirigida es que tiende a tener un impacto más directo sobre las células malignas y menos sobre las células normales, reduciendo posiblemente los efectos secundarios en comparación con tratamientos más generales como la quimioterapia.
Estos medicamentos pueden ser administrados en forma de pastillas que se toman en casa o mediante inyecciones intravenosas. Además, suelen ser una opción cuando otros tratamientos no han sido eficaces.
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