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Todo sobre el cáncer de cuello uterino: prevención, síntomas y detección


Cáncer de cuello uterino

¿Sabías que el cáncer de cuello uterino es uno de los pocos tipos de cáncer que se puede prevenir con una vacuna? También es uno de los más fáciles de diagnosticar y cuenta con una de las tasas de supervivencia más altas, mayor al 90 % si se detecta en etapa temprana.


El buen pronóstico y los avances científicos frente a este cáncer han hecho que la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyera su erradicación entre las metas 2030. Hoy día, 192 países trabajan activamente para ver cristalizada esa meta en menos de una década y Colombia es uno de ellos.


En nuestro país se trata de un asunto de salud pública, con unos 5 mil casos diagnosticados en 2023, según la Liga contra el Cáncer. ¿Cuál es el enfoque principal para lograr ganar esta batalla?: la prevención.


En la Clínica de Oncología Astorga también nos comprometemos con ese objetivo. Por eso, alentamos a nuestras pacientes a trabajar de forma activa en tres vías: la vacuna contra el Virus de Papiloma Humano (VPH) para evitar el contagio, los chequeos permanentes junto con la Prueba de Hormona Paratiroidea (PTH) y Papanicolau para lograr el diagnóstico a tiempo y el acceso sin reservas a la información médica actualizada para poder tomar decisiones oportunas y acompañadas sobre tu cuerpo y tu salud.


¿Qué es el cáncer de cuello uterino?


De acuerdo con datos del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, la tasa de supervivencia del cáncer de cuello uterino es de 91 % cuando se detecta oportunamente y de 60 % cuando se diagnostica luego de haberse diseminado a órganos cercanos.


Y es tan tratable como común. Esto se debe a que tiene su origen en el Virus de Papiloma Humano (VPH), una afección que casi todos los individuos sufrirán al menos una vez en su vida. De hecho, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de cuello uterino es el cuarto con mayor incidencia entre las mujeres, afectando en su mayoría a pacientes mayores de 30 años.


Como su nombre lo indica, afecta al cuello del útero, la parte inferior de la matriz, que a su vez se conecta con la vagina, en el aparato reproductor femenino. La enfermedad suele desarrollarse lentamente a lo largo de varios años, a partir de cambios precancerosos en las células de esta parte del cuerpo.


Existen tres tipos de cáncer de cuello uterino:


  • Carcinomas de células escamosas: el más usual, se desarrolla mayormente en la zona del exocérvix.

  • Adenocarcinomas: tiene su origen en las glándulas que producen la mucosidad del endocérvix.

  • Carcinomas adenoescamosos o mixtos: es el que tiene características simultáneas de los dos mencionados anteriormente. Es el menos común.


Algunos factores de riesgo


Como ya dijimos, la causa principal del cáncer de cuello uterino es la infección persistente por ciertas cepas del Virus de Papiloma Humano (VPH), que se transmite mayormente a través de las relaciones sexuales. Sin embargo, no todas las mujeres infectadas con este virus desarrollarán la enfermedad.


El papiloma es tan frecuente como efímero y, por lo general, desaparece por sí solo o con tratamiento, pero cuando no lo hace es cuando aparece el riesgo de convertirse en tumores malignos.


Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, otros dos factores de riesgo a considerar son:


  • Tener Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) dado que deprime la capacidad inmunológica del cuerpo y, por tanto, te hace especialmente propensa a este y otros tipos de cáncer.

  • Tabaquismo. Fumar aumenta el riesgo de cáncer de cuello uterino y puede hacer que las lesiones precancerosas progresen más rápidamente hacia el cáncer invasivo.



Cáncer de cuello uterino


Prevención y vacuna contra el VPH (Virus de Papiloma Humano)


La prevención del cáncer ginecológico es la mejor arma para combatir la enfermedad. Lo mejor es que mucho de lo que podemos hacer para evitarlo está en nuestras manos.


Según la Organización Mundial de la Saud (OMS), estas son algunas de las medidas preventivas que puedes tomar en cuenta:


1. Vacuna contra el Virus de Papiloma Humano (VPH):


Lo ideal es que las mujeres reciban el fármaco antes de los 9 años de edad, previo a iniciar su vida sexual. En algunos países se administra también a varones para reducir la propagación.


Indica la Organización Mundial de la Salud (OMS) que a 2023 están disponibles seis tipos de vacuna contra el Virus de Papiloma Humano (VPH), todas las cuales son efectivas contra los tipos 16 y 18 (alto riesgo) de la enfermedad. En Colombia, la vacuna se aplica de forma gratuita a niñas y adolescentes de entre 9 y 17 años de edad.


Un dato importante es que la vacuna también te protege contra el cáncer de vagina, de vulva y anal, indica la American Society of Clinical Oncology.


2. Pruebas diagnósticas:


Aquí ya nos referimos específicamente a chequeos de rutina. El cribado se refiere al proceso de detección temprana mediante la realización de pruebas específicas en mujeres asintomáticas, con el objetivo de identificar lesiones precancerosas o cáncer en etapas iniciales, cuando son más tratables. El cribado del cáncer de cuello uterino generalmente implica dos tipos de pruebas:


  • Prueba de Virus de Papiloma Humano (VPH): implica tomar una muestra de células cervicales y analizarlas en busca de la presencia del virus. Puede realizarse como una prueba de detección primaria o complementaria junto con el Pap (Prueba de Papanicolau)

  • Prueba de Papanicolau (Pap): implica tomar una muestra de células del cuello uterino y del área cercana (endocérvix y ectocérvix) y enviarla a un laboratorio para su análisis. El objetivo es detectar cambios anormales en las células cervicales que podrían indicar la presencia de células precancerosas o cancerosas.


3. Utilizar preservativo:


Al mantener una vida sexual saludable con prácticas seguras y uso de métodos anticonceptivos de barrera, se minimizan las posibilidades de contraer el papiloma y, por tanto, de padecer cáncer de cuello uterino en el futuro.


4. No fumar o dejar de fumar:


Como ya dijimos, el tabaquismo es un factor de riesgo asociado directamente a casi todos los tipos de cáncer, incluyendo el ginecológico.


5. Circuncisión masculina voluntaria:


Indirectamente este es un método de prevención del cáncer ginecológico ya que la eliminación quirúrgica del prepucio está asociada con una reducción en el riesgo de contraer, y por tanto diseminar, ciertas infecciones de transmisión sexual como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el Virus de Papiloma Humano (VPH).


Detección temprana: la prueba de Papanicolau


Así como vas al odontólogo una vez al año, la prueba del Papanicolau debes tomarla siempre en cuenta como parte de tus chequeos de salud rutinarios, ya que es un arma indiscutible para la detección temprana del cáncer de cérvix.


Como ya dijimos, consiste en tomar una muestra de células para detectar cambios anormales en el cuello del útero antes de que se conviertan en cáncer invasivo.


Lleva el nombre del médico George Papanicolau, quien la desarrolló en la década de 1940. Se realiza utilizando un instrumento llamado espéculo, que abre la vagina y permite acceder al cuello uterino. Luego, se emplea un cepillo o una espátula para recoger las células, que se colocan en un portaobjetos de vidrio. Estas células se envían a un laboratorio para su análisis bajo el microscopio.


Lo sugerido es que las mujeres comiencen a realizar la prueba del Papanicolau a partir de los 21 años y la repitan cada cierto tiempo, según las recomendaciones médicas individuales.


Si tu Pap da resultado positivo, es muy probable que, en primera instancia, tu médico te recomiende proceder con una colposcopia (para ver más de cerca tu cérvix), una biopsia (para analizar tejido), crioterapia (para congelar células precancerosas) o un Leep (extirpación electroquirúrgica de células precancerosas). ¡Tu especialista irá contigo de la mano en el camino a seguir!


Síntomas a vigilar y cuándo consultar a un especialista


Aunque pueden cambiar de persona a persona, echemos ahora un vistazo a la lista de síntomas comunes del cáncer cervicouterino:


  • Sangrado vaginal anormal: este es uno de los síntomas más comunes. Puede manifestarse como sangrado fuera de la menstruación, al tener relaciones íntimas o después de la menopausia.

  • Dolor pélvico: algunas mujeres con cáncer de cuello uterino pueden experimentar dolor en la pelvis, que puede ser persistente o intermitente. También puede producirse molestia durante las relaciones sexuales, al orinar y/o al evacuar.

  • Flujo vaginal anormal: cambios en la cantidad, color u olor del flujo vaginal pueden ser un signo de cáncer de cuello uterino, en especial si se presenta de manera persistente.


¡Pero, mucho ojo! Recuerda que estos signos no son determinantes. Si sufres de alguna de estas molestias, es posible que estén siendo causadas por otras afecciones benignas como infecciones vaginales o desórdenes menstruales.


He ahí la importancia de visitar a un profesional de la salud para una evaluación y diagnóstico adecuados, sobre todo si experimentas alguno de estos síntomas de manera persistente o que limita tu calidad de vida.


En la Clínica de Oncología Astorga tenemos un staff de especialistas listo para recibirte y atender todas tus dudas. Programa una cita para una consulta y realiza la prueba de Papanicolau en nuestras instalaciones.


Recuerda que la detección temprana del cáncer de cuello uterino puede mejorar significativamente las opciones de tratamiento y el pronóstico.


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